Capítulo III

No he puesto nada esta semana porque he empezado las clases y tenía que estar todo el día yendo y viniendo de la Fac a la resi y todo el rollo.

El sábado fui a Gante con Jose y Juanma, los dos chicos que vienen de Murcia conmigo. Fuimos en tren (18 pavos ida y vuelta) y la verdad es que Gante está muy apañao. Es muy pequeño, por lo que es perfecto para ver en un día (aunque se dice, se comenta, que lo más chachi de Gante es su vida nocturna, porque es el principal destino universitario de la vecina Bélgica)

El resto de la semana ha sido un trajín. Os meto en situación:

La facultad (A) está bastante lejos de mi residencia (B); a unos 25 minutos andando a  mi paso normal y a unos 7 minutos si cojo el metro (son 6 paradas). De hecho: 

Aparte, el horario que tengo es de lo más estrambótico, pues al ser Erasmus tengo asignaturas de 1º, 2º, 3º y 4º (que aquí es Máster, y hay 7 u 8 distintos dependiendo de la especialidad) Así que tengo clase a horas muy raras y con muchos espacios muertos entre ellas. A modo de ejemplo os diré que los lunes solo tengo clase a las 13.30 (por cierto, que las clases aquí empiezan a las 8 y acaban a las 12.30 para el turno de mañana y empiezan a las 13.30 y acaban a las 20.10 para el de tarde) mientras que el miércoles, que es el día de la muerte tengo clase de 8 a 10.10 y de 14.40 a 20.10 (contad, son siete horas de clase)

Como quiero ahorrar y de momento hace bueno, lo que quiere decir llevo manga larga y jersey y en el sol voy bien, pero la sombra refresca, salvo los dos días que tengo clase a las 8, voy y vuelvo a pata. Es un paseo y tengo que pasar por el poblado chabolista de rumanos (amistosos de momento) que hay bajo la autovía al lado de mi resi, pero merece la pena, porque es el único deporte que hago y ya empieza a pasar factura la autoalimentación sin supervisión materna.

Por si os lo preguntáis, aquí se sale los miércoles, los jueves y los sábados. Es una de las ciudades con más ambiente de toda Francia (las malas lenguas dicen que es herencia del Duque de Alba and company, de cuando los bravos españoles andábamos por aquí de juerga) y, ciertamente, a diferencia del resto del país, tiene unos horarios bastante españolizados. Los precios van desde el atraco a mano armada de 7 euros una cerveza de pacotilla en vaso de consulta de dentista, a la popular pinta de 3€ de Le Solferino. No cobran por entrar a ningún sitio y como es legal beber en la calle (de momento y hasta que el frío nos deje) salir no cuesta mucho.

Me despido, intentaré actualizar cuando algo importante suceda (o si no, ya el domingo o el sábado, o cuando tenga un rato, joder, no me agobiéis)

Un abrizo